Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Samuel 20, 15-27

15 nunca apartes tu misericordia de mi casa. Y cuando Yahveh haya
exterminado a los enemigos de David de la faz de la tierra,

16 que no sea exterminado Jonatán con la casa de Saúl; de lo
contrario, que Yahveh pida cuentas a David.»

17 Juró de nuevo Jonatán a David por el amor que le tenía, pues le
amaba como a sí mismo.

18 Jonatán le dijo: «Mañana es novilunio y se notará tu ausencia,
porque mirarán tu asiento.

19 Pasado mañana se notará más; tú irás al sitio en que te escondiste el
día del suceso aquel, y te pones junto a la loma que tú sabes.

20 Ese mismo día iré a lanzar flechas por esa parte, como para tirar al
blanco.

21 Mandaré al muchacho: “Anda, busca la flecha.” Si digo al
muchacho: “La flecha está más acá de ti, tómala,” vienes, porque todo va
bien para ti y no hay nada, por Yahveh.

22 Pero si digo al muchacho: “La flecha está más allá de ti,” vete,
porque Yahveh quiere que te vayas.


23 Cuanto a la palabra que tú y yo tenemos hablada, mira, Yahveh
está entre los dos para siempre.»

24 David se escondió en el campo. Llegado el novilunio, el rey se
puso a la mesa para comer.

25 Se sentó el rey en su asiento, como de costumbre, en el asiento de
la pared; Jonatán se sentó enfrente y Abner al lado de Saúl; el asiento de
David quedó vacío.

26 Saúl no dijo nada aquel día, porque pensó: «Será un accidente, no
estará puro por no haberse purificado.»

27 Al día siguiente del novilunio, el segundo día, se fijaron en el
asiento de David, y Saúl dijo a su hijo Jonatán: ¿Por qué no ha
venido a
comer ni ayer ni hoy el hijo de Jesé?»